Estamos casi al final del año, se acercan las fechas más importantes del año para la gran mayoría de las familias, pues los próximos días decembrinos se envuelven en una atmósfera de calidez humana y regocijo espiritual y justo estas fechas son un buen momento para hacer recuentos de lo pasado y lo obtenido así como hacer planes para el futuro próximo.
En estas fechas los niños se muestran muy entusiasmados y con gran expectativa pues están deseosos de recibir los regalos que con sumo detalle solicitaron en sus cartas de petición a Santa o a los Reyes Magos.
Sin duda son momentos inolvidables para ellos y siempre que sea posible es bueno que los vivan, pero, dejar pasar de largo esta oportunidad para enseñarles a agradecer por todo aquello que reciben y enseñarles a valorar todo lo que tienen, convertiría estas fechas en una temporada meramente comercial y consumistas.
Es por ello que, en esta ocasión, queremos compartir con ustedes algunos tips que pueden resultar de utilidad para sembrar en los niños la semilla del agradecimiento o bien seguir cultivándola, seguramente los frutos de ello se reflejarán en algunos años cuando los pequeños se conviertan en hombres y mujeres agradecidos con la vida y por ende generosos con su entorno.
Platiquen sobre los mejores momentos que han pasado en familia
A los niños les encanta escuchar historias de sucesos familiares y les reconforta saber que en ocasiones, ellos son protagonistas de las mismas.
Las historias familiares ayudan de alguna forma u otra, a construir parte del auto-concepto de los niños, el saber por ejemplo que; los abuelos hacían lo imposible por mantener a la familia unida en estas fiestas, conocer la anécdota simpática del tío o de su hermano; o bien escuchar las bellas tradiciones que unían a la familia en torno a la mesa navideña, hará que se sientan parte de esa historia familiar y les dará muchos motivos para estar agradecidos y reconocer su origen como el mejor origen que pudieron haber tenido.
Incentiva a los niños a ayudar siempre
Durante estas fechas renace en muchos de nuestros corazones el deseo de dar “caridad” y ello es bueno sin duda alguna, pero es mejor cuando se aprende que no importan las fechas, las circunstancias o las personas cuando se trata de ayudar.
Así fomentar en los niños el deseo de ayuda por los otros (papás, hermanos, abuelos, vecinos, desconocidos, etc.), les dará un sentido más sólido de empatía y conciencia por los demás.
Enseña con el ejemplo que “la actitud es una elección”
Todos tenemos la opción de elegir ver “el vaso medio lleno o medio vacío” y aunque suene trillado, en verdad, la psicología positiva no es la búsqueda de la felicidad, sino el trabajar día a día por el “estar bien”, así todos los días tenemos la oportunidad de elegir entre las opciones que nos permiten sentirnos bien con nosotros mismos y con los demás, y no prestar atención a detalles que nos lo impiden, las elecciones que tú tomas son ejemplo y tu ejemplo es ser el modelo para tus hijos.
Procura sorprender a los niños
Los eventos sorpresivos y agradables son los que se guardan por más tiempo en la memoria y en el corazón. Haz que tus hijos agradezcan por algo que no han solicitado, algo simple y lleno de amor, que tal un chocolate caliente en una tarde invernal, o una frazada tejida por ti o decorar su cuarto sin que lo espere, echa a volar tu imaginación y conviértete en un “hacedor de sorpresas”
Regala experiencias
Regala a tus hijos la oportunidad de crecer aprendiendo, visitando exposiciones, asistiendo a galerías o conciertos, viajando. Todos ellos son regalos que no caducan, nunca pasan de moda y lo mejor, no usan pilas.
Almacena recuerdos y momentos
La cena de Navidad es buen momento para iniciar un “diario de momentos familiares inolvidables”. Prepara una libreta exclusiva para que a lo largo del siguiente año, cada miembro de la familia anote en ella los momentos que desea permanezcan por siempre en la memoria y en los corazones de los miembros de la familia, al final del próximo año pueden retomarla para recordar y volver a vivir los bellos momentos que pasaron juntos durante el mismo.
Enseña a tu hijo a compartir
La mejor forma de agradecer es dando, invita a tus hijos a desprenderse de aquello que ya no utilizan y que aún está en buen estado, haz que lo limpie, lo arregle para obsequiarlo y lo destine a personas que son importantes para él o bien a personas que realmente necesiten aquello que ellos ya no ocupan.
Recuerda: “La gratitud es una base sólida y efectiva para ser mejores y felices”.
Esperando que estos tips sean de utilidad, agradecemos el permitirnos caminar al lado de sus tesoros más preciados, sus hijos.