Durante la etapa escolar de nuestros hijos, que son muchos años, las tareas escolares serán inevitables. Y a menudo sucede que a muchos niños no les gusta realizarlas. Esto puede generar situaciones de estrés y malestar que pueden crecer y, además de los malos momentos, pueden crear en nuestros pequeños un rechazo, así como conductas negativas.
Continúa leyendo porque ahora aprenderemos cómo evitarlo para hacer que tus pequeños se entusiasmen al hacer tareas escolares.
El estudio desde casa: cómo manejar las tareas escolares
Nuestros pequeños atraviesan su etapa escolar durante muchos años, y será inevitable que deban cumplir con sus obligaciones de estudiantes. Entre ellas se encuentran las tareas escolares, que pueden ser de las actividades menos interesantes que un niño deba hacer. A menudo suele haber rechazo y comportamientos evasivos al efectuar las tareas, pero entendiendo el origen es como evitaremos dichos comportamientos.
De manera general, un pequeño no entiende el sistema educativo; no entiende por qué ni para qué debe levantarse todas las mañanas para llegar al colegio. Al ser pequeños, todo lo que les decimos lo acatan, de buena o mala gana, y van creciendo con la idea de lo que aprenden “debe ser” porque sí. Lo mismo sucede con las tareas.
El primer error que cometemos no solo como padres, sino también como adultos es tratar a los niños como personas sin poder, y mandarlos porque nosotros somos mayores y ellos no. Cuando usamos nuestra autoridad, solemos hacerlo sin ningún sentido para ellos, y cuando no entienden el propósito de una encomienda, es más probable que la tomen como algo absurdo y la desechen, o bien que la hagan pero con miedo.
Entonces, este es el punto de partida: de la comunicación y la explicación depende cómo nuestros pequeños reaccionen a los deberes y a las obligaciones. Y esto puede aplicarse también a cualquier cosa que realicen en su día a día y que les resulte aburrido o no disfruten, como bañarse, limpiar, comer verduras, entre otras.
Recordemos que los niños, aunque son esponjas y su cerebro está dispuesto para el aprendizaje, al llevarlo a cabo existen distinciones entre lo que les resulta agradable y lo que no. Por supuesto, aprenderán más rápido aquello que les resulte interesante, divertido y, muy importante: aquello que no les genere tensión.
El malestar en nuestros hijos
Lo que nos lleva al siguiente punto: ciertas tareas pueden generar estrés, frustración, aburrimiento y malestar, y se vuelve una situación muy incómoda cuando debe repetirse constantemente, y es peor cuando debe hacerse por un periodo prolongado. Por ejemplo, actividades que duren todo un ciclo escolar o que deban hacerse varias veces por semana durante algunos meses.
Al llegar a este punto, los pequeños pueden entrar en ciclos de ansiedad y estrés potenciados, lo que los lleva a no disfrutar sus clases ni la convivencia con las demás personas. Al notar estas actitudes y comportamientos es cuando debemos preguntarnos qué estamos haciendo los adultos para que ellos comprendan la utilidad y el propósito de su esfuerzo.
Es importante que, sin caer en una condescendencia excesiva (es decir, consentirlos de más), evitemos que el malestar en nuestros hijos al hacer tareas les provoque emociones negativas, exageradas o extremas, ya que lejos de motivarlos, fomentaremos aún más la aversión. Si hay berrinches, lloriqueos, gritos y molestia en los pequeños, o bien negación y evasión en los jóvenes, hay un foco que nos alerta sobre la falta de motivación.
Tips para ayudar a tu hijo a realizar sus tareas
No obstante lo anterior, tenemos algunos consejos que puedes poner en práctica para ayudarlo a desempeñarse mejor al hacer tareas en casa.
1. Comunicación diaria
La comunicación es esencial para hacer tareas exitosamente en casa. Pregúntale sobre todos sus pendientes, qué aprendió en la escuela, cómo se siente al aprender algo nuevo, qué materias le gustan, etc. Hablar les ayuda a sentir que nos preocupamos por ellos, a sentirse queridos y escuchados.
Incluso, debes estar atenta a su lenguaje no verbal, pues así sabrás qué le preocupa, qué le interesa y cómo ayudarlo en sus puntos débiles respecto al aprendizaje.
2. Motivación y entusiasmo
Cuando no se realiza una actividad, es probable que sea por falta de interés o motivación, lo que a su vez proviene de no conocer el porqué se debe hacer. Explica a tu hijo qué va a obtener al hacer tareas e incluye cosas que le diviertan. Hazle ver lo bien que se sentirá de haber terminado la tarea, pregúntale qué le gusta o qué no de ella e intenta reafirmar todo aquello que sí disfruta.
3. Fomento de responsabilidad y compromiso
Es importante fomentar estos valores para que se vuelvan hábitos, pero dicho fomento va más allá de decirle que haga tal o cual cosa y punto. Se debe ver reflejado tanto en la práctica diaria como en tu ejemplo. Todos aprendemos de aquello que vemos todos los días; así es como copiamos conductas, comportamientos y vamos adquiriendo una manera de ver la vida.
Sucede lo mismo con los valores y las obligaciones. Si logramos que vean en nosotros un ejemplo de responsabilidad y compromiso en nuestras tareas diarias y hacia los demás, por naturaleza nos imitarán y aprenderán que las tareas deben cumplirse.
4. Metodología divertida
A los niños les encanta aprender jugando. Pon en práctica una metodología divertida al momento de hacer tareas con tu hijo. Por supuesto que esto no es fácil, ya que requiere de mucha creatividad e ingenio. Sin embargo, claro que es posible, pero la dinámica de estudio debe ser divertida. Por ejemplo, si a tu hijo se le dificulta hacer tarea de matemáticas, apóyate en música, juegos, videos o explicaciones sencillas, como historias, cuentos, etc.
Lo importante es quitar el foco de atención a lo negativo y resaltar lo ameno de hacer tareas. Con constancia lograrán que esto suceda.
5. Cultura e investigación
La parte cultural es fundamental cuando hablamos de aprendizaje y conocimiento. Con la tecnología, nuestros pequeños han adquirido la costumbre de obtener todo rápido, utilizando distintas aplicaciones de internet. Con esto se ha perdido el interés por la investigación y obtención de información en fuentes más rígidas, como las bibliotecas, leer sobre historia o ir a teatros.
El bagaje cultural, artístico y científico es importantísimo de nutrir, en especial en niños, pequeños y adolescentes, pues esto da acceso a una capacidad cognitiva, intelectual, reflexiva y crítica que los ayudará a obtener mejores calificaciones en su etapa escolar, así como los hará crecer como personas.
6. Retroalimentación y recompensa
Este punto está conectado con la comunicación. Recompensar a nuestros pequeños, así como retroalimentarlos, es clave en su desempeño escolar. Felicítalos por su esfuerzo, sin importar si una tarea salió bien o mal, pues lo importante es el proceso que transitó para llegar a los resultados.
Como tip valioso, nunca debemos relacionar el resultado de una tarea con el amor que sentimos por ellos, como decirles que ya no los queremos si algo salió mal. Esto, aunque parezca una acción muy pequeña, los marca profundamente y puede generar reacciones negativas en ellos.
7. Alimentar la paciencia
No hay ningún tip más crucial que este. Por muchas intenciones buenas que tengamos para ayudar a nuestros pequeños, no lo harán sin amor ni paciencia. Comprendamos que nunca dejamos de aprender, pero en ciertas etapas habrá cosas que nos cuesten más y otras que menos.
Por lo tanto, tratemos a nuestros pequeños como nos gustaría ser tratados y démosles el amor que se merecen. Solo así podrán llevar a cabo un aprendizaje de calidad al hacer sus tareas.
Sabemos que hoy los padres enfrentan retos diversos para dar una buena educación a sus pequeños. Por esta razón, en el Colegio Washington empatizamos contigo, mamá y papá, y nos aseguramos de que no únicamente exista conocimiento, sino que también vaya de la mano con la diversión y el bienestar en nuestra comunidad.
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