La amistad es uno de los valores más importantes que tiene el ser humano. Como una semilla, este valor se siembra y se cuida para mantenerse vivo. En el caso de nuestros hijos pequeños o jóvenes, los amigos son muy importantes porque les permiten desarrollarse y adquirir diversas capacidades en el ámbito social, y siempre es mejor cuando se fomenta desde casa.
¿Qué es la amistad?
El Diccionario de la Lengua Española (DLE) define la amistad como el “afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”. Ese trato se transforma a su vez en valores que van a acompañar a nuestro hijo durante toda su vida, por lo que es fundamental que el fomento comience a temprana edad. Entre los valores a inculcar se encuentran:
- Respeto
- Empatía
- Estima
- Honestidad
En conjunto con una buena educación tanto escolar como la de nosotros como padres, estos valores le permiten a nuestro hijo desarrollarse de una manera integral, como seres humanos capaces de transformar para bien la sociedad en la que se desenvuelven.
¿Por qué es importante fomentar este valor en casa?
Fomentar la amistad desde casa impacta de manera positiva a nuestros hijos, ya que los motiva a alcanzar sus metas disfrutando de aquello que vale la pena cultivar, como las relaciones interpersonales.
Existe un proverbio que dice: “si quieres llegar rápido, ve solo; si quieres llegar lejos, ve acompañado”. Si bien este proverbio no habla específicamente de amistad, tiene todo que ver con ella, pues como padres debemos fomentar a nuestros hijos que, no importa cuál dirección decidan tomar para su futuro, es valioso que disfruten el camino sin importar las adversidades que enfrenten de aquello que se propongan. Y los verdaderos amigos siempre estarán ahí para apoyarlos.
¿Qué papel juega la amistad en el desarrollo de los niños?
Cada vez más nos acercamos a vivir dentro de un panorama virtual, que se empeña en marcar una distancia física entre las personas. Una de las consecuencias negativas de ello es que nuestros hijos desarrollen una personalidad antisocial, con lo que pueden llegar a pensar que no vale la pena relacionarse con más personas.
Esto puede repercutir de una manera poco saludable en ellos, pues todos necesitamos apoyo emocional demostrado de distintas maneras, y los amigos son importantes para formar seres humanos capaces de dar y recibir afecto, cariño y empatía; es decir, es importante educar jóvenes que entienden las problemáticas de las relaciones humanas y que pueden hacerles frente para superar diversos retos.
Siguiendo la definición del DLE, una amistad se caracteriza por no condicionar a ninguna otra persona por cuestiones materiales o individuales. Esta relación nutre uno de los aspectos que, en etapas tempranas, no es tan cultivado, pero también es crucial: el espiritual. Es decir, que nutre el espíritu y hace germinar los sentimientos más bondadosos hacia los demás, tan necesitados hoy en un mundo de constantes crisis.
La amistad brinda momentos inigualables y sumamente necesarios para nuestros niños y jóvenes. Y como padres queremos verlos felices, por lo que habremos de fomentarles desde casa relaciones sanas, que los ayuden a salir de sus propios espacios, pero que también los ayuden a crecer como personas.
Pero la amistad no solo alimenta de manera ética o moral, sino que también fortalece el aspecto cognitivo en nuestros hijos; la amistad deriva en la motivación y el impulso de nuestros hijos hacia la puesta en práctica de habilidades como:
- Comunicación
- Trabajo en equipo
- Confianza en otros y autoconfianza
- Liderazgo
Estas herramientas son pilares en la educación y formación de nuestros hijos, pues les permitirán desenvolverse de manera plena en cualquier escenario. Para ello es importante fomentar la amistad desde casa, con acciones cotidianas sencillas pero muy significativas.
¿Qué puedo hacer para fomentar la amistad en mis hijos y desde casa?
Algo muy relevante a tener en cuenta respecto al fomento de la amistad en nuestros hijos es que para darles a conocer su importancia no es necesario “disfrazarnos” de sus amigos. Claro que cada relación entre padres e hijos es única y no se restringe a un patrón rígido, pero casi siempre es un error común querer ser amigos de nuestros hijos.
Sucede que un padre tiene una función muy distinta de un amigo en la vida de una persona, así como también la tiene la pareja. Un amigo es un confidente, y es inevitable que nos comportemos de distintas maneras con unos y con otros. Por naturaleza, nuestros hijos necesitan expandir sus horizontes y explorar lo que hay más allá de su hogar.
Como padres es necesario entender que nuestros hijos necesitan conocer otras personas, convivir con ellas y crear lazos de confianza, ya que no vivirán por siempre dentro de la burbuja de nuestra protección. Las siguientes claves nos ayudan a hacerlo poco a poco, sin ser invasivos en su espacio personal y demostrando que confiamos en ellos. Estas son:
Comunicación e interés
Es importante hablar con ellos a menudo, preguntarles cómo se encuentran y a quién han conocido últimamente. Con esto nos damos cuenta cómo es su personalidad con otras personas, qué tanta cercanía tienen con ellos y cómo es esa relación.
Conocer a los amigos de mi hijo
Puedes organizar reuniones con los amigos de tus hijos para conocerlos. Es una manera ideal de saber de primera mano quiénes son sus amigos y cómo se comportan entre ellos. No es lo mismo que una persona nos cuente cómo es alguien más, que verlo por nosotros mismos, y las reuniones supervisadas pueden ayudarte a sentirte más tranquila o tranquilo mientras ellos conviven.
Confiar y respetar
Recordemos que una de las etapas más complicadas es la adolescencia. En ella, mientras más imposiciones existan por parte de los padres, mayor resistencia hay por parte del adolescente, en cualquier ámbito. Esto puede suponer un desgaste emocional y físico enorme que debilite la relación familiar.
Ser padres no significa que debamos ser aprehensivos ni sobre protectores con nuestros hijos, ya que, si existe comunicación efectiva y de calidad en la familia, entonces obtendremos de ellos las respuestas a nuestras inquietudes sobre nuestros hijos y sus amigos.
Es necesario ser accesibles para generar un ambiente de confianza en nuestros hijos, y que este dé paso al respeto. Podemos fomentar la amistad sin invadir su privacidad, ya que, si mostramos la comunicación como algo impuesto, la información que proporcionen será selectiva y, de todos modos, no dirán mucho acerca de las personas con quienes entablan relaciones de amistad.
Así, para fomentar amistades sanas en casa, lo ideal es que prevalezca un ambiente de respeto hacia las ideas de nuestros hijos y que ellos entiendan las nuestras, poniendo límites claros siempre con base en el amor y el razonamiento.
Y, sobre todo, hacerles saber a nuestros hijos que nos preocupamos por ellos y que nunca dejarán de interesarnos; nunca dejaremos de demostrarles que nos interesa su seguridad en todos los sentidos.
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