Durante la adolescencia, nuestros hijos pueden experimentar periodos de falta de concentración, lo que puede ocasionarles desde un mal desempeño académico hasta accidentes graves. Para contrarrestarlo, a continuación te indicamos 8 ejercicios de concentración para practicar con tu hijo o hija adolescente, que se verán reflejados en unas mejores calificaciones y un bienestar general.
¿Por qué hoy existe tanta falta de concentración?
La capacidad de concentración es una de las cualidades del ser humano que han permitido su evolución y supervivencia. Si bien todos la tenemos, es verdad que hoy en día nuestros jóvenes tienen un déficit de atención debido a distintos factores, como:
- El ritmo acelerado de vida, que hace énfasis en el concepto de productividad.
- La práctica cada vez más común del multitasking, que implica realizar varias tareas a la vez.
- Los avances tecnológicos, que conllevan el uso de dispositivos electrónicos en cualquier contexto y en todo momento.
- El aumento en los trastornos del sueño y la reducción del tiempo dedicado a la recreación y a la contemplación.
- La imposibilidad de estar quietos y solos para darnos tiempo personal.
- El consumo de alimentos que alteran nuestro sistema nervioso y aportan pocos nutrientes a nuestro cerebro.
- Una actitud en general enfocada a la inmediatez y a la obtención de resultados rápidos, que provoca impaciencia.
La importancia de la concentración en adolescentes y cómo alcanzarla
Mantener un buen nivel de concentración se traduce en una buena salud mental, ya que significa que nuestros hijos se encuentran enfocados en la tarea en cuestión y desecharán de su mente cualquier pensamiento que no sea coherente con la actividad que están haciendo. La buena concentración es importante por los siguientes motivos:
- Permite la obtención de resultados de mejor calidad
- Evita repetición innecesaria de tareas o actividades
- Reduce el tiempo de realización de una tarea, haciéndola bien y a la primera.
- Se encuentra tiempo para realizar actividades lúdicas o relajantes, como deportes, actividades culturales o científicas.
- Evita la procrastinación (dejar para lo último todos los pendientes).
- Ayuda a formar adolescentes responsables, autónomos y proactivos.
- Se fortalece la memoria y se reduce la probabilidad de padecer enfermedades como Alzheimer.
Ejercicios de concentración para tu hijo
Lo anterior no es sencillo de llevar a la práctica, pero practicando los siguientes tips y ejercicios de concentración y consejos, verás que la atención de tu hijo o hija será mejor cada día mejor.
Meditación
Esta práctica es la más recomendada para potenciar la atención y concentración, y que pueden hacer personas de todas las edades. Si bien existen muchos tipos de meditación, resulta de mucha utilidad aquella en la que se pone de foco la respiración. También existen las meditaciones guiadas para principiantes. Esto no es sencillo, por lo que tu hijo puede comenzar practicando por 10 minutos.
Juegos con pelotas
Si mantenerse quietos no es posible para tus hijos, los ejercicios con pelotas son muy dinámicos, divertidos y también son excelentes para aumentar la energía. La dinámica consiste en lo siguiente:
- Por cada participante debe haber una pelota del tamaño de un puño.
- Se van a numerar en voz alta y alguien será encargado de lanzar una a una todas las pelotas, siguiendo el orden de la numeración.
- El encargado de todas las pelotas dirá en voz alta “uno” y lanzará la pelota al número dos; este llamará en voz alta al número tres mientras le lanza la pelota; el cuatro hará lo mismo con el cinco y así sucesivamente, dependiendo de cuántos participantes sean.
- Ten en cuenta que lo importante del ejercicio es 1) evitar que las pelotas caigan al suelo, 2) mantener la atención en la persona que avienta la pelota antes y a quién uno se la debe aventar.
Disociación
Este ejercicio requiere no solo de alta concentración, sino también de habilidades de coordinación, y trata de realizar distintas acciones involucrando partes distintas del cuerpo, como tocarse la cabeza verticalmente con una mano mientras tallamos el estómago con la otra de manera circular.
La disociación puede estimularse también mediante algo llamado polirrítmia, que es llevar distintos ritmos con diferentes partes del cuerpo como lo hacen los músicos, en especial los bateristas.
Lectura en voz alta y escritura caligráfica
Ambos son métodos infalibles, en especial cuando se trata de estudiar para un examen. Tanto leer en voz alta como escribir a mano permiten retener información porque se involucran sensaciones como la escucha y el tacto. Esto permite al cuerpo estimular la memoria sensorial.
Pasatiempos de estimulación
No solamente hay que realizar ejercicios de concentración, también realizar pasatiempos puede mejorar la atención en buen grado. Pero no cualquier pasatiempo. Los ideales para ello son los que estimulan nuestra resolución de problemas, como los rompecabezas, ajedrez, memoramas, crucigramas, juegos de palabras, sudokus y cualquier ejercicio de concentración que implique un desafío intelectual.
Contemplación y retención
Actualmente, la contemplación es una de las actividades para las cuales nunca imaginaríamos tomarnos el tiempo, pero ha sido uno de los principios en los que se basan las enseñanzas orientales y el arte. La contemplación es la capacidad de observar y disfrutar un objeto o paisaje a detalle, tomando el tiempo necesario para ello.
Para mejorar la concentración, un ejercicio muy simple es mirar objetos, cuadros, paisajes, personas con mucho cuidado y después retenerlos en la memoria. Intentar recordar cada minucia que encontramos al observarlo aumenta la capacidad de enfoque y la atención al detalle.
Estudiar un instrumento
Relacionado con la polirrítmia, estudiar un instrumento y teoría musical puede ser clave para mejorar la atención de tu hijo o hija. Se requiere de atención plena para lograr una buena ejecución de un instrumento, así como para aprender la teoría necesaria. Además, la música ayuda a estimular el pensamiento matemático y, al ser una actividad artística, se fomenta una sensibilidad emocional que permite conectar con uno mismo y con los demás.
Hacer una sola cosa a la vez
Por último, te presentamos un consejo que ayudará a tu hijo a alcanzar mejores resultados: hacer una sola cosa a la vez. Podrás pensar que es muy sencillo, pero, actualmente, ¿cuánto tiempo y esfuerzo dedicamos a realizar una actividad a la vez? Por poner un ejemplo: ¿cuánto tiempo podemos estar atentos a la conversación de alguien más sin revisar el teléfono?
Los japoneses llaman a esta técnica japonesa ichigyo zammai y, además de conseguir una mejor atención, les muestra cómo ser organizados al ordenar y priorizar tareas para que puedan concluir las más urgentes primero y las menos después.
Vivir el presente
Sabemos que la falta de atención hoy puede ser frustrante no solo para tus hijos, sino también para ti, pues puede repercutir en el ambiente familiar y personal de cada adolescente. También puede provocar un impacto negativo en su autoestima y su autoconfianza. Por ello, en el Colegio Washington siempre aconsejamos que exista ante todo un entorno de tolerancia y paciencia.
De no haberlo, se fomenta un círculo vicioso que puede traducirse en presión constante que, lejos de ayudar, perjudica a nuestros chicos para que exploten todo su rendimiento físico, emocional y cognitivo. Además, les quita la oportunidad de algo muy hermoso: vivir el presente, ya que los pensamientos arrastran a una serie de emociones y sentimientos que restan importancia al momento que se vive.
¿Eres un padre que vive aprisa y preocupado por el mañana o el ayer? Replantea tu estilo de vida y así tu adolescente podrá hacerlo también. Y como sabemos que en ese estilo de vida su educación también es fundamental, te invitamos a que conozcas cómo durante Secundaria formamos jóvenes líderes que viven su día a día aprovechando todas las actividades que tenemos para ellos. Esta información puede resultarte útil para complementar los ejercicios de concentración vistos en este artículo.
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